Qué es el mindfulness y por qué es tan popular

A día de hoy, no hay nadie que no haya escuchado hablar de mindfulness y de sus beneficios para la mente y el espíritu, de hecho, cada vez son más las personas que lo practican. Y es que, en los últimos años, este término se ha vuelto muy popular entre las personas cercanas a la meditación, al yoga y al budismo; pero también ha logrado calar en el día a día de un gran número de personas.

Acompáñanos a conocer de que se trata y como podemos utilizarlo a nuestro favor con sencillas prácticas, toda esta información cortesía de los expertos en meditación y mindfulness de la escuela de Formación Inspirare.

¿Qué es el mindfulness?

En el estricto sentido de la palabra, Mindfulness es sinónimo de la palabra “attention”, obviamente en inglés.

Esta palabra estuvo completamente en desuso hasta 1881, cuando Thomas William Rhys Davids, un magistrado británico en Ceilán, lo utilizó como una traducción aproximada al concepto budista Sati, que se encuentra en la lengua litúrgica pali. Pero, no fue hasta 1970, que el termino comenzó a popularizarse,  cuando Jon Kabat-Zinn, un profesor emérito de Medicina, lo mencionó en un programa de televisión, como un sinónimo de meditación.

De Sati a Mindfulness

Si buscas la palabra Sati en Google, lo primero que te encontrarás es el ritual Sati, en el cual una mujer se inmola en la pira funeraria de su esposo. Pero, que no cunda el pánico, esta palabra no se usa en ese sentido, sino que se refiere  al primero de los siete factores hacia la iluminación, según las enseñanzas de Buda Gautama.

Hoy en día, la forma más fácil y sencilla de interpretar Saties con el concepto de Mindfulness; es decir, el de “atención plena” o “conciencia plena”.

A su vez, a esta conciencia plena se le define como al “estar en el presente. En otras palabras, aunque siempre estamos en el presente, nuestra mente se encuentra constantemente viajando al pasado a través de los recuerdos, y al futuro a través de las preocupaciones y pendientes; Por lo que se dice que suele estar más tiempo en esos viajes en el tiempo, que en el momento presente.

Por lo mismo, únicamente dedicamos un pequeño porcentaje de nuestra consciencia a reconocer el presente en el que estamos viviendo. Esto hasta que por fin llegamos a lo que se busca con el Mindfulness: aprender a reconocer lo que está sucediendo en el momento en el que está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando. De forma resumida; disfrutar del momento, sin juicios ni prejuicios.

¿Por qué se ha vuelto tan popular el Mindfulness?

Hoy en día vivimos en un mundo acelerado, somos bombardeados por información constantemente y tenemos tantos pendientes, obligaciones y compromisos, que vivimos en un estado de alerta y estrés casi constante. Esto, a su vez, trae como consecuencia varios problemas psicológicos y fisiológicos que derivan en enfermedades más serias.

En consecuencia, en los últimos años, un gran número de personas se ha acercado a la filosofía de Mindfulness y a la Meditación; buscando aprender a vivir en el presente y alejarse de los problemas y el estrés.

¿Cómo funciona el Mindfulness?

Aunque parece sencillo “solo vivir en el presente”, la verdad es que tu mente divaga todo el tiempo, yendo a mil lados distintos a la vez. Y es que la mente es muy dispersa y difícil de controlar. Es tan dispersa, que algo tan sencillo como mantener la conciencia en el presente, puede llegar a complicarse en sobremanera. Por lo tanto, se deben aplicar diferentes ejercicios de mindfulness para aprender a controlar más la mente, y ayudarte a mantenerte en el ahora.

¿Cómo iniciar con el Mindfulness?

Existen varios ejercicios básicos de Mindfulness, pero la más sencillo es sentarse cómodamente y empezar concentrando toda la atención en la respiración. Escucharla, sentirla y observar cómo recorre todo el cuerpo… pero sin pensar en ella. Básicamente es centrarse en cómo entra y sale del cuerpo, pero sin controlarla y sin juzgarla. Luego, una vez que la mente empiece a relajarse a través de esto, solo debes dedicarte a observar tu cuerpo y tus pensamientos, sin controlarlos, sin juzgarlos y, especialmente, sin engancharte en ellos. Básicamente, consiste en sentarte a meditar.

Esta práctica la puedes realizar en cualquier momento del día. Solo tienes que encontrar un lugar en el que puedas cerrar los ojos por unos minutos y dedicarte a observar tus pensamientos. No obstante, lo que de verdad se recomienda es sentarte una media hora en un espacio placentero y tranquilo a meditar, pero se entiende que muchas veces esto resulta casi imposible, así que, basta con que te encuentres unos cuantos minutos (incluso puede ser un minuto) en algún lugar seguro (incluso en la oficina) donde puedas cerrar los ojos un momento y dedicarte a realizar algún ejercicio de Mindfulness. O, incluso, podrías aprovechar la hora de la comida para dedicarte a disfrutar del presente, prestando atención a tus pensamientos y a los aromas, sabores y texturas de tu comida.

De hecho, ni si quiera estamos obligados a sentarnos en ninguna pose en específico, los expertos incluso dicen que podemos hacer una meditación activa. Lo importante es tener en claro ¿ por qué lo estamos haciendo?

Razones para adentrarnos en la práctica del mindfulness

  • Olvidar las distracciones

El mindfulness es la clave para afinar tu enfoque y aprender a no distraerte tanto para disfrutar de todo lo que te rodea.

Para lograrlo, puedes aplicar un ejercicio básico para controlar la respiración que podemos hacer desde cualquier lugar:

“Se trata de enfocar toda tu atención en la respiración durante un minuto. Con los ojos abiertos, respira con el vientre, inspira el aire por la nariz y exhala por la boca.Es interesante que te centres en escuchar el ritmo y el sonido de la respiración. Si tu mente se deja llevar, vuelve a centrar tu atención en el ejercicio. Esta técnica forma parte de la base del mindfulness y te ayudará a aclarar tus ideas”, explican los expertos.

  • Frenar los dolores crónicos

Por lo general, los dolores físicos son llamadas de atención de que algo no va del todo bien dentro. Tanto así que  la OMS en varias ocasiones ha destacado que “la salud no existe sin la salud mental”.

En este sentido, la meditación ayuda a la relajación y al aumento del bienestar emocional. Además, según el catedrático de investigación, profesor y decano asociado de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Utah, Eric Garland, la atención plena es una técnica prometedora para controlar los síntomas al tiempo que reduce el uso de medicamentos recetados”. De hecho, en una investigación suya se sugiere que “la práctica de la atención plena parece ayudar a las personas a sobrellevar el dolor crónico y reducir su dependencia excesiva de los opioides” y que “la respiración consciente puede reducir inmediatamente el dolor en un 23%”.

  • Combatir el insomnio estival

El insomnio estival se da como consecuencia del cambio de horarios, del aumento de la temperatura o del cambio en los hábitos nutricionales. En este aspecto, la meditación ayuda a la relajación y al posterior descanso.

  • Recuperarse del estrés del día a día

Los expertos afirman que la meditación también puede ser útil si tienes una enfermedad, “especialmente una que se ve empeorada por el estrés”. Además, explican que algunos estudios sugieren que quizás ayude a ciertas personas a controlar síntomas de trastornos como:

  • Ansiedad
  • Asma
  • Cáncer
  • Dolor crónico
  • Depresión
  • Enfermedades cardiacas
  • Presión arterial alta
  • Síndrome del intestino irritable
  • Problemas para dormir
  • Dolores de cabeza por tensión
  • Sentirte bien

Probablemente es el punto más importante y más si tenemos en cuenta los datos del CIS, que indican a que “durante la pandemia y como consecuencia de la incertidumbre, el miedo, los fallecimientos, las pérdidas de empleos, el propio confinamiento y la convivencia ininterrumpida o la soledad, el porcentaje de personas de clase baja que se han sentido decaídas, deprimidas o sin esperanza durante la pandemia, casi duplica al de aquellas que se identifican con la clase alta (32,7% frente a 17,1%). Destaca igualmente la prescripción de consumo de psicofármacos, de un 3,6% en la clase alta, frente a un 9,8% de la clase baja.”

Mientras que, por su parte, la Confederación Salud Mental España subraya que “las personas de 18 a 34 años son las que han frecuentado más los servicios de salud mental, han tenido más ataques de ansiedad, más síntomas de tristeza y han sido las que más han modificado su vida habitual debido a esta situación”. En esta línea, el CIS también señala que más del doble de quienes han acudido a los servicios de salud mental son mujeres.

Para combatir esto, la meditación ha probado que aumenta las emociones positivas y el nivel de satisfacción con nuestra vida, a la vez que disminuye el estrés, la ansiedad y la depresión; ayudándonos a sentirnos mejor.

 

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