Y seguimos innovando y creando el futuro. Hoy vamos a hablar de muebles domóticos, es decir, de la creación de muebles con tecnología integrada. Este tema me ha venido a la cabeza a raíz de que un familiar mío que quiere montar una tienda de muebles me lanzara la idea estas navidades. Por lo vistos e ha fijado mucho en esta tienda de muebles online que está teniendo bastante auge y aumenta notablemente sus ventas año tras año.
El pobre lleva años queriendo montar un negocio y ha investigado prácticamente todos los sectores así que si dice que Círculo Muebles (os dejo enlace para que le echéis un vistazo), que así se llama la tienda en cuestión, funciona bien pues yo confío plenamente en su palabra.
El caso es que su idea es copiarla, más o menos, de modo que la base de su negocio sea la misma base que la de esta tienda que ha tomado como ejemplo pero bajo un prisma diferente: el de la innovación. Lo que pretende es empezar como una tienda online cualquiera que vende productos de calidad para abrirse un hueco en el mercado mientras añade “la sección de la diferencia”, como la llama él, la sección de muebles domóticos, que irá creciendo poco a poco hasta (según él) poder especializarse en la venta de éstos.
La tecnología que incorporan estos muebles, aunque no la parezca, es realmente compleja. Hablamos de muebles con características muy especiales. Veamos algunos ejemplos:
- Despensa inteligente. Una despensa que controla el stock de alimentos que se tiene en casa para poder decidir si es necesario comprar algún producto, al mismo tiempo que nos avisa si tenemos algo a punto de caducar para que podamos utilizarlo o cocinarlo antes de que esto suceda.
- Reutilización del agua. Detectores que controlen la calidad del agua para poder reutilizarla una segunda vez, por ejemplo, si nos bañamos.
- Sillones inteligentes (y sofás). Se trata de sofás que sean capaces de reconocer qué miembro de la familia ha decidido sentarse en ellos y se amolden a su cuerpo partiendo de unas características que se les hayan programado primero como, por ejemplo, la inclinación idónea para ese miembro de la familia, la elevación de pies que le gusta, la dureza o suavidad del asiento, etc.
Son muebles extremadamente caros que irán abaratando su coste conforme se vayan comercializando y, puede que en unos años (mi tío calcula que de 10 a 15) podamos ver algún modelo de ellos en cada casa española.
Yo no sé si esta idea será la mejor del mundo o el fiasco más estrepitoso pero lo que sí sé es que este tipo de mobiliario ha llamado mi atención y puede que me plantee investigar un poco en este aspecto. Se me ha ocurrido, por ejemplo, asientos con control de temperatura inteligente que adecúen su emisión de calor, o la sensación térmica que ofrecen dependiendo de la temperatura exterior. ¿Os imagináis sentaros en sillones calentitos en invierno y en sofás fresquitos en verano? Podría ser una buena idea ¿o no?