Las piscinas domotizadas ya existen

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¿Te imaginas llegar a tu casa después de un día largo y poder decirle a tu piscina “Oye, caliéntate un poco” desde el móvil, y que te haga caso? Las piscinas domotizadas son piscinas que se manejan desde Apps, que casi se limpian solas y que hasta te avisan cuando algo no funciona. Es pura tecnología aplicada a algo rutinario.

La verdad es que, cuando me puse a investigar esto, pensé que sería algo súper complicado, lleno de cables por todos lados y con instrucciones imposibles de entender. Pero resulta que, aunque hay cosas técnicas detrás, el usuario normal puede disfrutarlo sin volverse loco.

La domótica en piscinas no es solo tener un robot que limpia el fondo, es mucho más. Y sí, también hay que instalarla y mantenerla, pero tampoco es una misión imposible.

 

Qué hace una piscina domotizada

Una piscina domotizada puede controlar la temperatura del agua, los niveles de cloro, la iluminación, los jets de masaje y hasta la música si tienes bocinas integradas. Todo desde una App en el móvil. Imagínate, estar en el sofá con manta y café y ver que tu piscina ya está lista para darte un baño perfecto.

 

¿Beneficios que tiene?

  • Estas piscinas ayudan a ahorrar tiempo y dinero. En vez de estar midiendo el pH y el cloro todos los días, la piscina te avisa si hay que añadir algo.
  • Incluso hay sistemas que ajustan automáticamente la cantidad de químicos según el uso y la temperatura del agua.
  • Y si te preocupa que algo se rompa, muchos sistemas te envían alertas cuando detectan fallos en bombas, filtros o calentadores.
  • Vamos, que la piscina hace casi todo el trabajo pesado mientras tú solo disfrutas.
  • Otra cosa que me llamó la atención es la iluminación: puedes tener luz blanca para nadar, luces de colores para fiestas o incluso sincronizarlo con la música para algo más “fiestero”.

Y todo esto sin tener que moverte del sofá.

 

Cómo se instala una piscina domotizada

Instalar una piscina domotizada no es tan diferente de montar una piscina normal, solo que le agregas todo el sistema de control. Esto incluye sensores, bombas, filtros especiales y una central de control que se conecta a tu red Wi-Fi.

  1. Primero se hace un estudio del espacio y del tipo de piscina que tienes. No es lo mismo una piscina pequeña de jardín que una de tamaño grande con jacuzzi y cascada incluida.
  2. Después, se instalan los dispositivos inteligentes: sensores de temperatura, medidores de pH, bombas conectadas a la central, luces LED, y cualquier otro extra que hayas decidido añadir. Todo esto se conecta a una App en tu móvil, que es básicamente tu control central.
  3. Una vez todo está instalado, alguien tiene que hacer la primera calibración: revisar que los sensores funcionan, que las bombas responden y que la app reconoce todos los dispositivos. Este paso es clave porque si no está bien hecho, la piscina no va a “obedecer” como debería. Después de eso, ya es cuestión de disfrutar y dejar que la tecnología haga el resto.

Y sí, puede sonar caro, pero en realidad no siempre es necesario hacer una instalación completa desde cero. Hay kits y sistemas que se pueden añadir a piscinas ya existentes, lo que hace que la domótica sea más accesible de lo que muchos creen.

 

¿Quién se encarga de repararla y mantenerla?

Todo lo inteligente del mundo se puede romper, y aquí es donde entran los profesionales. No es solo llamar a un técnico de piscinas cualquiera, sino a alguien que entienda de domótica. Estos profesionales revisan sensores, bombas y la conexión con la app.

Desde RA – MA Piscinas, expertos en construcción y rehabilitación de piscinas en Madrid, nos hacen saber que “la clave de una piscina domotizada bien mantenida es la combinación entre tecnología y control humano. Aunque la piscina haga gran parte del trabajo, la supervisión periódica asegura que nada falle y que el agua siempre esté en perfecto estado.” Esto me pareció súper interesante, porque aunque la tecnología ayuda muchísimo, nunca reemplazará completamente a alguien que sepa lo que hace.

Además, muchos sistemas permiten que los propios usuarios hagan tareas básicas de mantenimiento desde la app, como ajustar la temperatura, encender o apagar bombas o revisar niveles de químicos. Lo que no se puede hacer desde la app, y donde entra el profesional, es todo lo que tenga que ver con reparaciones de hardware: bombas rotas, sensores dañados, luces fundidas o problemas eléctricos.

 

Ventajas de tener una piscina domotizada

Tener una piscina domotizada tiene un montón de ventajas más allá de la comodidad.

Primero, la seguridad. Muchos sistemas tienen alarmas automáticas si alguien entra al agua sin autorización, lo que puede ser súper útil si hay niños en casa. También hay sensores que detectan niveles peligrosos de productos químicos o problemas con la temperatura.

Luego está el ahorro. Aunque parezca que tener tecnología de este tipo encarece todo, en realidad ayuda a gastar menos agua y electricidad. Por ejemplo, los sistemas inteligentes ajustan la filtración según el uso y el clima, evitando que la bomba esté funcionando horas innecesarias. Lo mismo pasa con la iluminación: luces LED y programables que no están encendidas más tiempo del necesario.

Otra ventaja es la personalización. Cada día puedes decidir cómo quieres que sea tu experiencia de piscina. Agua caliente o fría, luces suaves o brillantes, jets encendidos o apagados, música ambiental. Todo esto sin moverte del móvil. Es como tener un spa personal en casa, pero sin pagar entradas ni depender de horarios.

 

Cosas que no te cuentan sobre estas piscinas

No todo es tan perfecto como suena. Hay detalles que uno no siempre ve en las fotos de Instagram. Por ejemplo, si se va la luz o el Wi-Fi se cae, algunas funciones dejan de estar disponibles. No te preocupes, la piscina sigue funcionando, pero ciertas cosas inteligentes se bloquean hasta que vuelve la conexión.

Otro detalle es la actualización de software. Sí, igual que tu móvil o tu consola, la piscina también necesita actualizaciones para que todo siga funcionando bien. Esto no es complicado, pero sí es algo a tener en cuenta, porque si dejas que la app quede desactualizada, algunos sensores podrían dejar de responder correctamente.

Por último, está el factor humano. Aunque tengas todo conectado y automatizado, siempre es recomendable revisar el agua y la limpieza de forma periódica. La domótica facilita la vida, pero no reemplaza el sentido común ni la supervisión regular.

 

Cómo elegir si quieres una piscina domotizada

No todas las piscinas ni todos los usuarios necesitan domótica. Antes de lanzarte, vale la pena pensar en tus hábitos.

  • Si te gusta la comodidad, no quieres perder tiempo con el mantenimiento diario y disfrutas tener control total desde tu móvil, es perfecta. Si eres más tradicional y te gusta meter las manos en el agua y medir el cloro tú mismo, quizá no te haga tanta falta.
  • Otro factor es el presupuesto. Sí, la tecnología tiene un costo inicial, pero también hay soluciones escalables. Puedes empezar con lo básico: bomba inteligente, sensor de temperatura y control desde el móvil, y luego ir agregando extras como iluminación programable o control de químicos. Esto hace que la domótica sea más flexible y adaptable a distintos bolsillos.
  • Y no olvides el mantenimiento. Aunque la piscina haga mucho sola, necesitas profesionales que revisen sensores, bombas y la instalación eléctrica de vez en cuando. Esto asegura que la inversión valga la pena y que no tengas sorpresas desagradables.

 

¿Una piscina domotizada es lo que necesitas?

La verdad es que no todo el mundo necesita una piscina domotizada. Si te gusta hacer todo a mano, medir el cloro, limpiar el fondo y ajustar la temperatura tú mismo, probablemente no te haga falta tanta tecnología. Para algunas personas, eso es parte de la diversión, y que la piscina haga todo sola puede incluso resultar aburrido. Además, las piscinas tradicionales son más baratas y más fáciles de mantener si no quieres complicarte la vida.

En cambio, si odias perder tiempo con el mantenimiento o simplemente quieres tenerlo todo controlado desde el móvil mientras estás tirado en el sofá, entonces sí tiene sentido. Familias con niños, gente con horarios complicados o quienes les gusta invitar amigos y hacer fiestas en casa van a sacarle mucho partido. Puedes encender la luz, subir la temperatura del agua, limpiar automáticamente y recibir alertas si algo no funciona, todo sin moverte del móvil. La piscina se encarga de casi todo, y tú solo disfrutas.

También hay que pensar en el dinero y en el tipo de piscina que tienes. No hace falta ser millonario, pero sí es un extra que hay que valorar. Si tu piscina es pequeña, quizá no necesites tantas funciones; en piscinas grandes o con extras como jacuzzi o cascadas, la domótica se nota más y realmente cambia la experiencia.

Al final, todo depende de tu estilo de vida. Una piscina domotizada es perfecta para quien quiere comodidad, control y menos preocupaciones, pero sigue siendo divertida. No es algo imprescindible, pero sí útil si quieres que tu piscina haga gran parte del trabajo por ti. Antes de decidirte, pregúntate: ¿quiero ocuparme de todo yo o prefiero que la piscina trabaje sola mientras yo disfruto? La respuesta es la que realmente te dirá si la domótica vale la pena para ti.

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