Cómo aliviar las molestias de los brackets

Cuando iniciamos un tratamiento de ortodoncia, solemos sufrir variedad de molestia mientras nuestra boca se acostumbra a tener algo nuevo en ella, incluso, estas dolencias suelen volver a aparecer después de algún reajuste.

De hecho, aún y con todos los avances que se han hecho en ortodoncia y todos los nuevos aparatos que han aparecido en el mercado, algunos basados en tecnología de punta, estos siguen causando incomodidades al menos entre 5 días a una semana después de su colocación o algún ajuste, aunque estas ya suelen ser de menos intensidad

Dichas molestias son inevitables ya que estamos hablando de un aparato de metal o plástico, en muchos casos con alambres molestos que está intentando modificar la posición de nuestros dientes. Lo bueno, es que hay formas muy sencillas y accesibles para calmar estas molestias, e incluso, en el mejor de los casos, para evitarlas.

Para ayudarte a aliviar estos síntomas y seguir con tu rutina diaria sin molestias, hemos consultado a los expertos en ortodoncia de la Clínica Dental Blanco y te compartimos sus recomendaciones.

¿Por qué los Brackets molestan tanto?

Las incomodidades causadas por los Brackets se deben a diferentes razones:

  • La edad del paciente
  • Su umbral del dolor
  • Su sexo
  • Experiencias previas en tratamientos odontológicos anteriores
  • Fuerza aplicada al ajustar los aparatos

Sin embargo, si hay casos en los que los pacientes declaran no haber sentido dolor alguno durante todo el tratamiento.

Sentir dolor es normal

Por lo general, después de una sesión de ajuste de nuestros Brackets, sentimos una sensación de  presión, dolor o que nuestros dientes se están aflojando.

Esto se debe a que la presión de los aparatos está haciendo que tus piezas dentales se muevan hacia la posición en la que las queremos, proceso que, a su vez, genera cambios en el flujo sanguíneo.

Pero, además de esta sensación de dolor o de que tus dientes se mueven, también puedes experimentar molestias externas en las encías, mejillas o labios debido al roce de los mismos contra estas zonas blandas de tu boca.

Recuerda que es normal experimentar estos síntomas durante el tratamiento y que, independiente de el origen de los mismos, esto remitirán en unos pocos días mientras tu boca se va adaptando al aparato. Con exactitud, este tiempo suele durar entre 3 y 4 días después de la sesión con tu odontólogo.

Evitar molestias es posible

Siempre es mejor prevenir que lamentar y en el caso de los Brackets, tenemos formas de salvarnos de algunas de sus molestias.

Cuando tu dentista te ajuste tus Brackets, te recomendamos hacer una revisión de tu boca pasando tu lengua por todas la zonas de forma que puedas notar si quedo alguna ligadura de metal sobresaliendo en alguna parte y que pueda rasparte o rasguñarte, o si hay alguna pieza que roce con tus labios o mejilla y que pueda romperte y causarte dolor. De esta forma podrás decirle de inmediato a tu médico que lo ajuste.

Otra manera de evitar el dolor es comunicarle a tu dentista que sientes alguna molestia después del ajuste que crees que se volverá insoportable en los próximos días, ya que este podrá evaluar tu sensación de dolor y decidir aflojar un poco los aparatos si así lo considera.

Recuerda que tener los Brackets muy ajustados no hará que tu tratamiento termine antes de lo planeado o que tenga mejores resultados.

Si por el contrario, comienzas a sentir la molestia en casa, puede deberse a que alguna pieza se desenganchó, sobre todo si acabas de comenzar el tratamiento y los Brackets pueden no estar bien ajustados. En dichos casos debes:

  • Devuelve el metal a su posición correcta, llevándolo a un orificio pequeño en el bracket respectivo con alguna herramienta que sirva para tal fin, como puede ser una pinza para cejas, en un movimiento parecido a enhebrar una aguja con un hilo.
  • Presta mucha atención a la hora de comer de forma que los alimentos no desplacen el arco de la ortodoncia en el área molar mientras masticas.

Otra molestia bastante común es cuando los alimentos se depositan entre los brackets y nos causan  presión en las encías o entre los dientes e incluso, mal aliento. Para evitarlo, no debemos olvidarnos de usar siempre el hilo dental, el cepillo adecuado para tu ortodoncia y hasta un cepillo interdental.

Recomendaciones para aliviar el dolor causado por los brackets

Los expertos recomiendan seguir estos consejos para aliviar los síntomas experimentados por la acción de los Brackets:

  • Modifica tu dieta

Mientras se siente mucho dolor se recomienda evitar masticar alimentos sólidos, al menos durante los primeros días después del ajuste de los Brackets. Por ejemplo, puedes consumir sopas, papillas, cremas, purés, yogur y otros alimentos blandos.

De esta forma, evitarás sentir mucho dolor mientras te ajustas a la presión de los aparatos y evitarás que alguna pieza se despegue mientras masticas alimentos muy duros o al morder frutas, como la manzana, lo cual podría causarte mayores molestias.

Igualmente, el alimento aliado en estos momentos es el helado, que además de ser suave y delicioso, el frio servirá a modo de anestesia tópica, adormeciendo un poco tus encías y calmando la incomodidad. Eso sí, evita elegir helados de sabores cítricos que más bien podrían causarte irritación.

  • Crea tu botiquín de primeros auxilios con cera para brackets

Los Brackets tienen sus propias herramientas de cuidado y limpieza. Por ejemplo, tu dentista te va a proporcionar una cierta cantidad de la útil y famosa cera de ortodoncia, la cual evitará que te salgan llagas por el roce de los aparatos.

Esta te será de mucha utilidad para proteger las partes blandas de tu boca de los roces y roturas que ocasionan los alambres y las piezas de metal del aparato, sobre todo al principio que tu boca se está acostumbrando a la presencia del ente extraño. Lo que si te recomendamos es que vigiles su uso e intentes acudir a ella solo en momentos clave. Si la usas todo el tiempo, tus mucosas no podrán acostumbrarse al aparato y las molestias nunca remitirán.

En este sentido, su uso es recomendable solo si:

  • Hay un alambre que sobresale del resto y te causa molestia
  • Tienes alguna herida abierta o se ha formado una úlcera dolorosa en, por ejemplo, mejillas o labios.
  • Te acaban de colocar un tratamiento de ortodoncia lingual, que hace que al hablar te sientas agotado y necesites cubrirlos con la cera para sentir un alivio antes de, por ejemplo, una reunión importante o una presentación oral.

Es muy importante, también, que sepas cuál es la forma correcta de colocar la cera:

  1. Primero, debes cortar una pequeña cantidad de cera, por ejemplo, del tamaño de un guisante para el bracket entero.
  2. Amasa el trozo de cera cortado hasta darle la forma deseada.
  3. Antes de colocarlo, es importante que quites la humedad del bracket o alambre que te está molestando aspirando aire por la boca.
  4. Finalmente, presiona con suficiente firmeza el trozo de cera ablandado sobre la zona donde tienes la molestia hasta que quede bien fijado en él.

Además, deberás hacerte con alguna herramienta que te ayude a mover las ligaduras de metal que se han salido de su posición correcta y que puedan estarte ocasionado molestias. Muchas veces puedes usar tu propia uña, pero es de mucha ayuda contar con un instrumento como una pinza de ceja.

Otro producto que debes incluir en este botiquín son las anestesias de uso tópico bucal. Las puedes conseguir en la farmacia más cercana y sin necesidad de receta. Puedes encontrarla en forma de gel, espray o enjuague, y sirve para adormecer la zona que esté presentando la molestia de forma temporal (un par de horas) y sentir alivio.

El peróxido de hidrógeno es otro gran aliado contra las molestias de los Brackets. Se trata de un antiséptico que se diluye con agua, y con el que enjuagas tu boca para reducir la inflamación e irritación de los tejidos blandos. Debes enjuagarte con ella varias veces al día para que surta el efecto deseado y si no tienes agua oxigenada, puedes mezclarla con agua tibia con sal, aunque este producto es menos efectivo.

Por último, en caso de sentir un dolor muy fuerte que no remita con nada y que permanezca aún después de los primeros días, procede a comprar en la farmacia algún analgésico que puedas pedir sin receta, como el paracetamol, y aplícalo según las indicaciones. Si con todo y eso la molestia no remite, contacta con tu especialista en salud bucal para que pueda ajustar la presión o la colocación del aparto, e incluso, recetarte algún calmante más fuerte o un antiinflamatorio.

Cabe acotar que debemos cuidar no ser alérgicos a la fórmula de los calmantes que nos receten y no olvides que el uso de este tipo de productos calmará tu dolor, pero también ralentizará el desplazamiento de las piezas dentales que se buscan reposicionar y por lo tanto el alcance de los resultados.

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