Hoy vamos a hablar de cómo la biotecnología ayuda al medio ambiente y vamos a verlo desde la perspectiva de algo que actualmente está muy de moda: el plástico. Todos sabemos que el plástico es muy contaminante y el planeta tarde millones de años en deshacerse de un desecho compuesto por este material pero gracias a la biotecnología ahora tenemos empresas que fabrican este tipo de bolsas biodegradables.
Plásticos Alambra es una empresa que lleva en funcionamiento desde 1971 y que lejos de quedarse atrás, anticuada, se ha sumado a la innovación y tiene en marcha un plan para ir sustituyendo las bolsas de plástico contaminante por bolsas biodegradables que ayuden a mejorar la situación medioambiental a medio y largo plazo.
¿Qué es el plástico biodegradable? Se trata de un tipo de plástico (valga la redundancia) fabricado con materias primas orgánicas que proceden de fuentes renovables, como el plátano, la yuca, la celulosa, las legumbres, etc.
La principal materia prima, por encima de las demás, suele ser el almidón, obtenido del maíz, del trigo o de la patata.
Los materiales biodegradables aportan el beneficio de descomposición en un periodo de tiempo corto mediante la gestión de microorganismos que conllevan a la desaparición total del desecho. Las bacterias han desarrollado la capacidad de degradar los plásticos.
Por tanto, el plástico biodegradable no daña el medio ambiente porque proviene de él y sus desperdicios desaparecen con cierta facilidad en comparación a otros materiales.
La pregunta ahora es ¿Es el plástico el material más contaminante para nuestro planeta? Pues es uno de ellos pero hay productos, que salen o no del plástico, que usamos diariamente en casa que deberíamos tratar de evitar:
- Papel de aluminio
- Paños desechables
- Toallas de papel
- Bolígrafos desechables
- Cubiertos de plástico
- Platos de papel
- Bolsas de compra de un solo uso
- Bolsas de plástico
- Pañales desechables
- Baterías no recargables, etc.
El material más ecológico, casi para todo es la madera. Pero claro, hacer todo de madera es inviable y hasta sería contraproducente con la idea de no contaminar porque al final acabaríamos con todos los bosques del planeta y eso acabaría por destruir la naturaleza de igual modo.
En mi opinión en el equilibrio está el poder. Eso me ha recordado a “La guerra de las Galaxias” y el equilibro de la fuerza… cambiando de tema.
Si todos recicláramos, y cuando digo todos me refiero a todo el mundo: cada familia, cada persona que vive en nuestro planeta. Entonces, y sólo entonces, el daño a la naturaleza disminuiría notablemente y podríamos empezar a hablar de recuperación pero el problema es que, aunque consiguiéramos que en cada casa se reciclara, las fábricas seguirían ciñéndose a los que dictamine la ley, manteniendo sus niveles bajo lo estipulado por los gobiernos y eso no es suficiente.
Se trata de cambiar los productos que más daño causen por otros menos nocivos y de reciclar y reciclar hasta la saciedad.
Actualmente han motores que funcionan sólo con la energía que sacan del sol e incluso algunos que funcionan con agua pero los coches se siguen fabricando con motores que funcionan a base de petróleo y, como mucho, algo de electricidad (y a esos los llaman vehículos ecológicos) porque no conviene hacerlos de otro modo, porque la industria del petróleo es demasiado grande como para acabar con ella.