El turismo de lujo exige su espacio

La primavera nos está trayendo el comienzo de la temporada oficial de viajes a través de nuestro país, pues España tiene lugares preciosos por los que viajar. No olvidemos que hay pueblos olvidados que ofrecen una gran cantidad de emociones, y existen ciudades muy bonitas a lo largo de nuestro extenso y poco valorado país. Hace unos años, en plena crisis, era bastante común viajar a través de España debido al bajo presupuesto que había para las vacaciones. Otra opción era buscar gangas en vuelos a destinos europeos o extra-europeos, y tirar de alojamientos particulares para abaratar costes.

Esta última opción ha sido la más demandada, pues tanto jóvenes como adultos tenían la oportunidad de descubrir nuevos destinos por precios realmente bajos. Y esto ha hecho que una gran parte de la industria turística se oriente a este tipo de viajes de bajo coste, ofreciendo packs en los que el confort o la exclusividad se dejaban de lado en pro de una rebaja en el precio. Personalmente veo este hecho reflejado en los asientos de Ryanair, que pueden llegar a ser verdaderos instrumentos de tortura, no solo por lo pequeños que son, sino por la dureza de los mismos.

Pero conforme ha ido avanzando el tiempo se ha demandado una mayor exclusividad en el turismo, pues han sido muchas personas las que han aumentado su poder adquisitivo durante los años de crisis. Esta exclusividad es visible en el sector hotelero, pues vayas dónde vayas necesitas dormir en algún sitio. Y ha surgido un concepto de hotel, denominado “boutique”, que apuesta por la excelencia de los servicios, alojamientos y exclusividad en espacios realmente interesantes. Una muestra de este concepto de hotel es el hotel Mercer Barcelona, un hotel localizado en pleno Barrio Gótico de Barcelona, en el que el lujo se junta con la exclusividad para ofrecer una experiencia única.

Qué demanda este tipo de turismo

Si antes comentábamos que el turismo de bajo coste requería principalmente de precios bajos para conseguir una mayor competitividad de los precios. El turismo de lujo no parte de esta premisa, ya que tal y como muestra Hosteltur, el turista de lujo tiene un nivel de ingresos superior a los ciento cincuenta mil Euros anuales, y suele buscar destinos que ofrecen una mayor capacidad de consumo. El turista de lujo es, por tanto, el viajero más disputado por la propia industria turística.

La industria turística tiene que proponer una oferta capaz de contestar al turista con presupuestos medios, bajos y altos. Si bien, el turista con un gran presupuesto va a generar más ingresos que el que tiene un presupuesto bajo. Las exigencias de estos clientes están orientadas, en primer lugar a la idea de individualidad, quieren sentirse únicos. Pero al mismo tiempo desean integrarse con el entorno social del destino al que viajan sin renunciar a la comodidad y la personalización.

Los días en los que la idea del turismo de lujo suponía un despilfarre de alimentos, energía y personal han cambiado. Ahora lo que se busca es un compromiso social y medioambiental, y es que muchos de estos clientes con alto nivel adquisitivo suelen estar comprometidos con temas sociales y no desean renunciar a ellos en sus vacaciones. Y en este sentido, cobra un factor fundamental el medio ambiente.

El factor del medio ambiente es un símbolo distintivo del sector de lujo, y tanto en los productos que se ofrecen como en los alimentos se buscan los distintivos ecológico, biológico y vegano. De hecho, en un estudio realizado por la guía de destinos y hoteles de lujo Condé Nast Johansens, el 74% de los encuestados asegura sentirse mejor si el hotel toma medidas para reducir sus emisiones de carbono.

Si pensamos que el turismo de lujo es una tendencia a la baja estamos equivocados, no sólo porque la sociedad haya aumentado su poder adquisitivo, sino porque el sector turístico está impulsando esta idea de exclusividad y excelencia de los servicios. Tengamos en cuenta el poder actual de las redes sociales, una foto de un “influenciar” en uno de estos destinos puede anudar en el consumidor la idea de exclusividad o prestigio a una marca que desea dinamizarse

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